Esta modalidad permite cuotas estables en tres y cinco años, antes de exponerse de lleno al vaivén de los tipos de interés.
Con pronósticos sobre la mesa de posibles subidas del precio del dinero y con el 97% de sus clientes endeudados a interés variable, la banca se apresuró en verano a ofrecer hipotecas a fijo para abrir mercado. Craso error. Casi nadie las contrata. El esfuerzo que suponen mensualidades tan altas en plazos tan cortos es elevado y los bajos tipos de interés aún permiten correr riesgos al titular.
¿Solución? Tirar por el camino de en medio. La entidades han abierto el abanico de productos y comercializan créditos vivienda a tipo mixto. Esta fórmula de financiación cobra fuerza entre las familias, porque pagan un interés de salida fijo atractivo (y, por tanto, una cuota constante y asequible) en los tres, cuatro o cinco primeros años; y, después de dicho periodo de blindaje, se incorporan al tramo variable, afrontando, tal vez, con mayor solvencia las revisiones al alza o a la baja de los recibos mensuales que se apliquen cuando varíe el índice hipotecario elegido.
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Ventajas
Así, se trata de un préstamo con garantía hipotecaria híbrido, que cuenta con las virtudes del fijo y las del variable: interés estable y relativamente barato (las ofertas actuales están entre el 2,6% y 3,75%) y cuotas asumibles ante plazos largos de amortización (entre 20 y 35 años).
«Los españoles están contratando a variable por necesidad de obtener mensualidades bajas; y el tipo fijo sólo es posible para clientes con poder adquisitivo alto (la cuota es cara, porque el vencimiento es menor). La hipoteca a mixto quita incertidumbre, como la que ahora existe, de subida de tipos de interés en los primeros años de vida de la hipoteca; sin perder la oportunidad de ampliar el plazo y abaratar la cuota», explica Santos González, responsable de Negocio Hipotecario del SCH.
«Nadie puede dar una previsión segura de tipos de interés, y menos a cinco años vista. El titular de un crédito a mixto está asegurando un interés constante, probablemente, en el periodo más conflictivo de la vida de la hipoteca: los primeros años. En este tiempo, pagan un plus de seguridad, antes de incorporarse al tramo variable», matiza César González, director de Financiación Hipotecaria de Bankinter.
«Las primeras cuotas del crédito mixto pueden ser más caras que las de la modalidad a variable, pero garantizan seguridad. Muchas familias quieren estabilidad en los tipos de interés para hacer una previsión de gastos», puntualiza Víctor Pezuela, director comercial de bancopopular-e.com.
Las ventajas de las hipotecas a tipo mixto, por tanto, parecen claras. ¿Inconvenientes? Puede que el titular opte por esta fórmula para financiar su casa y pague un interés de salida superior al de un crédito de revisión periódica; o que, además, cuando finalicen los tres años de tramo fijo entre en variable con los tipos de interés más altos de lo previsto.
Pero es un riesgo que se debe asumir frente a otro: la exposición permanente a subidas en el precio del dinero. Por este motivo, las fuentes consultadas aconsejan evaluar para el tipo mixto si compensa el interés constante de los tres primeros años (cuando son cinco es más caro), el plazo de amortización (para ajustar la cuota a su renta) y, por último, el valor de tasación (cuando supera el 80% permite financiar parte de la entrada del piso).
PDF: La oferta hipotecaria de tipo de interés mixto
Fuente: El Mundo, «Su vivienda»