INCLUIR UNA PUERTA BLINDADA O UNA ALARMA TRAS LA FIRMA DE LA POLIZA PUEDE SUPONERLE UNA REBAJA. POR CONTRA, INFRAVALORAR LOS ENSERES PARA ABONAR MENOS AL AÑO PUEDE PASARLE FACTURA SI SUFRE UN SINIESTRO Y LO PIERDE TODO.
Según los últimos datos publicados por Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras (Icea), el 85,8% de las viviendas en propiedad están aseguradas. ¿Significa esto que el 85,8% de los hogares españoles es seguro? Aunque la respuesta debería ser afirmativa, no lo es.
Sin ir más lejos, el ramo de los seguros es uno de los que más quejas genera por parte de los consumidores. En concreto, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 34% de las reclamaciones y consultas que se produjeron sobre seguros en 2003 eran sobre el hogar: ¡más que el porcentaje relativo a las pólizas del automóvil!
Gran parte de esas consultas se deben al desconocimiento que existe por parte de los usuarios que contratan estos productos. Así, mucha gente no sabe que las primas de estos seguros pueden descender o aumentar después de la contratación. Algo lógico si tenemos en cuenta que los hogares cambian, y mucho, a medida que pasan los años y que, esos cambios, si no siempre sí la mayoría de las veces, siempre suelen ser para mejor.
«Cualquier mejora o modificación que se produzca en la vivienda, debe notificarse a la compañía aseguradora: desde el cambio de azulejos o de muebles en la cocina hasta la contratación de un servicio de alarmas para mejorar la seguridad, pasando por la compra de nuevos electrodomésticos», explica Juan Carlos Duerto, director de Cartera de Pelayo Mutua de Seguros. ¿Y quién no ha hecho alguna vez una reforma en su casa o ha cambiado de frigorífico porque el anterior se ha roto?
Existen determinados elementos que le harán pagar más o menos en su seguro o que modificarán las condiciones pactadas en un momento dado con la aseguradora. En muchas ocasiones nos damos cuenta de que nuestro seguro no es tan eficaz como pensábamos una vez que ha ocurrido un siniestro; es decir, demasiado tarde.
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Por eso, conviene ser más que precavido para evitar posteriores sorpresas y examinar con lupa la letra pequeña del contrato para saber con certeza qué cosas le cubrirá su póliza y en qué casos y cuáles quedarán al margen; en qué ocasiones tiene derecho a pagar menos y cuándo, por motivos de seguridad, debe aumentar su prima.
Lo primero que debe saber, tanto si ya tiene seguro como si no, es qué cosas hacen bajar la prima. «Tener puerta blindada, rejas, alarma normal, alarma conectada a una central o disponer de vigilancia las 24 horas del día en el inmueble son factores por los que se aplica un descuento desde el 5% hasta el 20% en la prima anual», indica José Luis Espejel Casillas, jefe del departamento Multirriesgo de La Estrella Seguros.
Por eso, si a la hora de contratar el seguro no disponía de ninguno de estos elementos, una vez que cuente con ellos, debe notificárselo a su aseguradora para beneficiarse del descuento. «Es lógico que si la casa está más protegida, se tenga que pagar menos. Pero la gente no está muy concienciada con los temas relativos al hogar. Con el seguro del coche, pasa lo contrario: cualquier mejora que hacen la comunican casi al momento, continúa Juan Carlos Duerto.
REBAJAS EN LA PRIMA…
Como muestra, un botón. «En un piso tipo de 100 m2 en Madrid que no tiene declarado ningún objeto especial ni joyas, la prima oscila entre los 188,64 y los 204,97 euros, dependiendo de si el seguro es normal o total. Si, posteriormente, hemos colocado una puerta blindada en la casa, la prima desciende sensiblemente hasta los 181,03 o los 196,92 euros, respectivamente», dice Espejel.
…E INCREMENTOS
En el lado opuesto, si adquiere nuevos electrodomésticos, cambia los muebles, le regalan nuevas joyas o hereda, por ejemplo, un cuadro de un pariente lejano con más valor del que aparenta, también debe dirigirse a su compañía para que la póliza que tenía contratada incluya los nuevos elementos y los asegure. «Si, sobre el supuesto anterior añadimos, por ejemplo, una obra de arte, la prima ascendería a 347,38 euros o a 322,66 euros si, teniendo la obra de arte, se dispone también de puerta blindada y de una alarma conectada a una central, prosigue Espejel.
También conviene recordar que si posee objetos que superan un determinado valor, deberá asegurarlos por separado.
TIPOS DE BIENES
«A la hora de valorar el contenido hay distintas opciones de cálculo. Nosotros diferenciamos tres bloques: mobiliario normal, mobiliario especial -en el que el cliente deberá declarar por separado aquellos objetos que superen los 2.400 euros, ya sean cuadros, antigüedades, relojes, alfombras…- y, por último, joyas, en las que se está obligado a declarar aparte aquellas que superen los 1.200 euros», explica Espejel Casillas.
El funcionamiento en Pelayo es similar, sólo que, en este caso, se tendrán que declarar los objetos especiales «cuando su valor supere los 1.800 euros», explica Duerto.
Es precisamente en los casos en los que se tienen que asegurar bienes independientes cuando las compañías sí hacen una valoración aislada. El resto de ocasiones, será su palabra la que valga, y el más mínimo error de cálculo que cometa lo pagará en caso de que se produzca un siniestro.
INFRASEGUROS
En este punto es donde más de uno se lleva desagradables sorpresas. «Uno de los problemas más habituales se da a la hora de evaluar los contenidos de la vivienda. Aquí aparecen lo que se conoce como infraseguro: tener un capital asegurado por menos valor de lo que se posee», confirman desde la Confederación Española de Consumidores y Usuarios (Cecu).
Pagar menos en un momento, al final, puede salirle caro. De este modo, si usted ha valorado sus objetos por menos valor de lo que cuestan, bien por desconocimiento, bien para ahorrarse dinero en la prima, en caso de siniestro, la compañía no se lo cubrirá.
«Por poner un ejemplo, una persona ha valorado los contenidos de su casa en 24.000 euros cuando realmente valen 36.000. Si se produce un incendio en el que lo pierde todo, el seguro sólo le cubrirá los 24.000 euros, con lo que el usuario perderá 12.000 euros. Por eso, no sólo es recomendable ir actualizando el valor de la casa periódicamente, sino también ser muy cuidadosos a la hora de realizar el inventario para que no se quede nada fuera», aconsejan desde la Cecu.
Muchas compañías intentan prevenir esta situación informando detalladamente al cliente de que la suma asegurada de su vivienda es la máxima indemnización que recibirá en caso de siniestro. «Además, enviamos a nuestros asegurados una guía de precios para que tengan una referencia real de lo que costaría reponer los bienes más comunes que se aseguran en una vivienda. No obstante, Mapfre permite un margen de error en la valoración de un 25%», indican fuentes de la entidad, pero reconocen que a pesar de que las diferencias entre las distintas primas no son escandalosas, «nuestra experiencia indica que, en ocasiones, el cliente cae en la tentación de reducir las sumas aseguradas, especialmente en lo que afecta al valor del contenido de su vivienda con el fin de abaratar la prima del seguro».
Asimismo, esta compañía afirma que «que cuando se producen estas situaciones el asegurado asume la diferencia». Cuando las empresas aseguradoras no admiten margen de error, «lo que se hace es aplicar la regla proporcional: si tú has valorado tu casa en un 60%, yo no voy a cubrir el 100%, si no sólo el 60% que estaba declarado», afirman desde Pelayo.
Por eso, desde las organizaciones de consumidores y usuarios hacen especial hincapié en estudiar bien lo que se firma, leer la letra pequeña de los contratos y comprobar que no hay cláusulas abusivas. «Si es necesario, se deben añadir cláusulas adicionales al contrato para asegurarnos de qué tipo de siniestros nos cubrirá la póliza», dicen desde la Ocu.
COBERTURAS
Asimismo, insisten en valorar adecuadamente el continente y el contenido, para no caer en los infraseguros y evitar que la compañía pueda reducir la indemnización en caso de siniestro. «También es preferible elegir una compañía que no aplique la regla proporcional o que admita un margen de error en la valoración de, al menos, 20% y declarar específicamente las joyas u objetos especiales cuyo valor unitario supere las cuantías establecidas en la póliza», dicen en la Ocu.
Pero las desagradables sorpresas no acaban cuando uno cae en la cuenta de que se ‘olvidó’ de asegurar algún objeto que, debido a un siniestro, ha perdido. También pueden llegar cuando, habiendo valorado bien tanto el continente como el contenido, la aseguradora no cubre determinados incidentes: «En teoría el seguro del hogar es multirriesgo, es decir, en un solo paquete se incluyen otros seguros: robo, incendio, responsabilidad civil…», indica Duerto, «pero no siempre tiene que por qué ser así», confirma.
De hecho, casi todas las aseguradoras comercializan distintos tipos de seguros del hogar e, indudablemente, esto es porque algunos productos se dejan fuera supuestos que sí incluyen otros, lo que también se refleja en el precio.
«Entre los daños materiales automáticamente cubiertos al 100% en todas las pólizas se encuentran incendio, explosión, caída del rayo, cortocircuitos, escapes de agua, desbordamiento, omisión de cierre de grifos, fenómenos atmosféricos, choques de cosas o animales, ruina total del edificio, rotura de vidrios, mármoles de cocina, baño y muebles, robo, expoliación, atraco fuera de casa, hurto, vandalismo, podredumbre de alimentos en frigoríficos, entre otros», dicen en Fénix Directo.
Entre la amplia gama de productos que se encuentran en el mercado, algunas aseguradoras comercializan lo que se denomina ‘a primer riesg’o que, para entendernos, sería lo contrario a los infraseguros: la prima es más cara pero garantiza que, en caso de que se hayan valorado mal los objetos, lo cubrirá todo.
También existe lo que se denominan ‘seguros de restauración estética’. «Si el cliente ha tenido que hacer una reforma en su casa, porque su bañera le había hecho una gotera al de abajo, probablemente habrá tenido que romper varios azulejos. Pues bien un seguro normal sólo le cubrirá la bañera mientras que con el de restauración, la compañía corre también con los gastos de los azulejos, teniendo en cuenta, incluso, que con el paso de los años no se van a encontrar los mismos y que hay que ponerlos todos nuevos», dicen desde Pelayo.
Estos casos son una evidencia de que el multirriesgo total no lo cubre todo y deja fuera cosas como éstas en las que caemos una vez que ya no se puede hacer nada.
CÓMO RECLAMAR
«Si se produce un siniestro y no se está de acuerdo con la valoración de la compañía existen varias vías para resolver la discrepancia: negociación amistosa, exponiendo la queja por escrito a un representante de la compañía; acudir al Defensor del Asegurado (sus decisiones son vinculantes); al Servicio de Reclamaciones de la Dirección General de Seguros (se acude transcurridos dos meses después de recurrir al Defensor del Asegurado si no hay dictamen o si el usuario no está de acuerdo; acudir a la Junta Arbitral de Consumo (gratuita y rápida); o bien, reclamar por vía Judicial», indican fuentes de la Ocu.
El continente, más objetivo
Para contratar un seguro del hogar no sólo hay que tener en cuente el contenido de la casa, sino también el continente «que abarca el edificio y el conjunto de elementos de construcción de la casa», confirman desde la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa).
En estos casos, el valor es mucho más objetivo: «Se tiene en cuenta el tipo de vivienda (piso, apartamento, chalé adosado), el uso que se le da a la casa (habitual o de vacaciones), el régimen de tenencia (propietario, inquilino), el tipo de construcción del inmueble, la superficie y el año de construcción», confirman desde Mapfre.
Y, también en estos casos, la prima puede aumentar o disminuir. «Se aplicará un recargo del 5% si la casa está ubicada en planta baja, ya que tiene muchos más riesgos de sufrir un robo, por ejemplo», detalla José Luis Espejel Casillas, jefe del departamento Multirriesgos de La Estrella Seguros.
Del mismo modo «se aplica un recargo del 20% sobre el continente si debajo de la vivienda se desarrolla una actividad comercial, como puede ser una joyería, una tienda de ropa, etcétera, porque en estos casos, el hogar también está más expuesto al peligro que si no se tiene nada debajo. Si se trata de una segunda residencia, también se aplica un recargo del 15% sobre la prima neta porque se supone que la casa pasa mucho tiempo vacía, con lo que se vuelve más apetecible para los cacos; si la vivienda es sólida y está hecha con madera, se efectúa un recargo del 20% sobre el continente porque tiene más riesgos de sufrir un incendio», explica Espejel.
Fuente: Diario El Mundo, 15/10/2004. SORAYA DE LAS HERAS
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