Me gustaría compartir con todos la muy grata sorpresa que me llevé ayer al comprobar como dos niñas de nuestro barrio (Ainhoa y Julia) plantaron cada una, a título personal, un pequeño ejemplar de Pino en una de las lomas que hacen de pantalla acústica a lo largo de la M407.
Desde aqui el reconocimiento a ellas dos por este gesto tan bonito (que debería de servir como ejemplo para todos nosotros), y el mejor de los deseos para que ambos ejemplares crezcan fuertes junto al resto de hermanos que pueblan esa zona 😉